A lo largo de su historia el Club Atlético Independiente no sólo fue fútbol. Siempre se caracterizó por abrir su corazón y dar una mano a lo que más lo necesitan. El Rojo fue, es y será familia. Otra vez quedó demostrado que su gente es fiel a esas convicciones y que contagia fuertemente a los futbolistas que se criaron o que ahora defienden su gloriosa camiseta.

Por eso la movida de organizar un partido frente a Colegiales para que los hinchas, socias o socios ysimpatizantes sigan donando para el pueblo de Bahía Blanca fue un éxito. Las puertas del Libertadores de América – Ricardo Enrique Bochini se abrieron para que todos colaboren con lo que fuera. Un camión de 14 metros de largo fue llenado con alimentos no perecederos, agua, lavandina, artículos de limpieza y ropa de cama. Para cargar ayudaron muchos, pero hay que destacar que la Promoción 2025 del Centro Educativo se puso a la cabeza con su proyecto solidario. Todos los alumnos del colegio pudieron disfrutar el encuentro ubicados en una de las gargantas del estadio.

La Peña Rojo de mi vida de Bahía Blanca, recibió las donaciones el sábado 22 en horas del mediodía en plena tormenta. A pesar de eso, pudo repartir a hogares de ancianos, merenderos, comedores y, también, a gente que se acercó y que necesitaba los artículos. La otra semana, el CAI llenó siete camiones que también llegaron a buen destino.

El 3-1 fue anecdótico, y la nota fue que cinco minutos antes del final se suspendió por la invasión de grandes y chicos, quienes querían estar cerca de los futbolistas del CAI para sacarse fotos y tener un autógrafo. Unas imágenes que quedarán por siempre, demostrando una vez más que Independiente es único en todos los sentidos...