No debe haber muchos casos en el mundo que dos emblemas de un club cumplan años el mismo día. Pero Independiente tiene ese privilegio. Se trata de José Omar Pastoriza y Enzo Héctor Trossero. Dos íconos de nuestra rica historia que nacieron un 23 de mayo. El Pato en 1942 y el Vikingo 11 años más tarde. También tienen la coincidencia de haber iniciado sus carreras en el mismo equipo: Colón de Santa Fe.

Gracias señor Pastoriza

Hablar de Pastoriza es decir Independiente. Llegó proveniente de Racing en 1966 y ya en el Rojo fue convocado para el Mundial de Inglaterra. Un año más tarde fue campeón por primera vez como jugador al obtener el Nacional 67. Su carrera creció como su estirpe ganadora y solidaria. Los títulos Metropolitanos del 70 y 71 lo tuvieron en su máximo esplendor, como cuando el CAI ganó en 1972 su tercera LIbertadores (mañana se cumplen 46 años). Luego de jugar la Intercontinental contra el Ajax en Holanda, se fue al Mónaco donde terminó su carrera como jugador en 1976 y a los pocos meses ya se calzó el buzo de entrenador de su amado independiente. Con solo 34 años tuvo que rearmar el plantel que venía de ganar cuatro CL, una Copa del Mundo y dos Interamericanas tras ser eliminado por River en las semi. No le tembló el pulso y al toque fue campeón al vencer a Atlético Español de México, el campeón de la Concacaf. Fue moldeando un equipo que después siguió la racha positiva con los nacionales 77 y 78. Uno contra Talleres y la dictadura militar, cuando patentó la frase "vayan, háganse hombres y ganen", cuando el Rojo se quedó con tres jugadores menos y después Bochini metió el 2-2 y el título viajó para Avellaneda. Y se quedó al año siguiente cuando en la final venció a River (0-0 y 2-0, doblete del Bocha) que en su plantel tenía cinco mundialistas del 78: Fillol, Passarella, Luque, Alonso y Ortiz.

Después de terminado su ciclo en diciembre del 79, volvió a mediados del 83. El Rojo se había quedado en la puerta en el Metro 82 y Nacional 83. Jugaba muy bien el equipo de Nito Veiga, pero perdió un torneo por dos puntos y otro por un gol a manos de Estudiantes. El Pato, que venía de dirigir a Talleres, Racing y Millonarios, también hizo una depuración a medida que se jugaba el campeonato y le dio cabida a los pibes como Carlos Enrique, José Alberto Percudani, Gerardo Reinoso, Carlos Sánchez, entre los más conocidos. A fin de año campeón del Metro ganándole 2-0 a Racing, que jugó su último partido antes de descender.

En 1984 vino lo mejor. La Libertadores frente a Gremio, el Campeón del Mundo reinante, y la Intercontinental frente al Liverpool. Podemos decir que moldeó el equipo de Independiente más lujoso de la historia. Goyén; Clausen, Villaverde, Trossero, Enrique; Giusti, Marangoni, Bochini, Burruchaga, Buffarini/Percudani y Barberón. Mamita, casi todos jugadores de selección.

Se fue por seis meses y volvió a mediados de 1985. Debut ganador al River del Bambino Veira (1-0) y si bien no pudo hilvanar un título que sume estrellas, en la Liguilla 86/87 venció a Boca 2-1 de visitante y clasificación a la Copa Libertadores. En su camino el Xeneize se le cruzó y luchó el torneo contra el Rojo de Jorge Solari, y el Indio para el bien de Independiente lo doblegó en ambos partidos 2-1 y la vuelta olímpica fue para los nuestros. Pero siempre el destino lo ponía cerca de avenida Mitre 470 y por septiembre del 90 vino a dar una mano hasta julio del 91. Se marchó y hubo que esperar 13 años para su última regreso. Fue en el 2004, y después de un Clausura y Libertadores irregulares, no pudo esquivar la muerte que lo sorprendió una madrugada del 2 de agosto. Se nos fue temprano, pero es como que siempre está con nosotros como cuando Independiente lo necesitó. Es que son lo mismo, viejo.

Trosseeero, Trosseeero...

Llegó al Rojo a mediados del 75. Era sangre joven para un plantel que venía ganando todo. Su estilo de caudillo y líder positivo ya se veía en el Sabalero. Cuando a fines de diciembre se van el Zurdo López y Pancho Sá, Enzo se adueñó de uno de los lugares de la zaga que a los pocos meses empezó a compartir, como en Colón, con Hugo Villaverde. Ganador nato, un tipo que siempre fue al frente y defensor de las causas justas, se convirtió en la bandera que guiaba desde el fondo al Rojo. No por nada el Nantes de Francia, otra coincidencia con el Pato es haber jugado el Le Championnat, lo vino a buscar a mitad del 79. Casi dos años duró la aventura europea y le alcanzó para ser campeón. Volvió al Rojo cuando Miguel Ángel López era el DT, que necesitaba alguien con carácter atrás. También la Selección con Menotti (lo llevó al Mundial de España 82 y no lo puso ni un minuto) y Bilardo (fue uno de los pocos rescatables en las Eliminatorias del 85 y lo dejó afuera de México 86) lo requirió pero arriba tuvo a Passarella como su sombra aunque compartieron la dupla central varias veces. Ganó los mismos títulos que Pastoriza en el Rojo y fue el capitán que alzó la última Libertadores e Intercontinental. Tuvo dos ciclos como director técnico. En la temporada 1999/2000, donde en el Clausura fue subcampeón, y en el Apertura 2001 luego de dirigir a la Selección de Suiza. Mereció en algún otra chance porque su amor con Independiente es muy fuerte y genuino. Es otro referente importante y al que hay que valorar y tenerlo siempre presente.